Jodie Foster, nombre artístico de Alicia Christian Foster, nació el 19 de noviembre de 1962 en Los Ángeles. Nació tres años después de que sus padres se separaran, lo que no es tan increíble si se tiene en cuenta que se rumorea que fue engendrada en un encuentro posterior entre sus progenitores para negociar la pensión de manutención. El caso es que Jodie apenas conoce a su padre; de hecho no quiere saber nada de él en la actualidad. La figura paterna fue suplida por Josephine Dominguez Hill, una mujer también separada, que se convirtió en pareja de su madre. En casa la llamaban Tía Jo. Es probable que Jodie tomará su nombre de una forma del nombre de Josephine, junto a su apellido, Jo D.
Jodie fue siempre una niña muy inteligente. A los seis meses de edad ya andaba y aprendió a leer sola a los 3 años, y aunque comenzó muy precozmente en el mundo de la publicidad no dejó de lado sus estudios, terminando la Secundaria con honores en 1980.
Tras pequeños papeles en la televisión y el cine, un director consagrado, Martin Scorsese, se fijó en ella y la llamó para rodar Taxi driver junto a Robert de Niro, donde encarnaba a una prostituta adolescente. Este papel no sólo le sirvió para obtener, con trece años, el reconocimiento mundial del público, sino que además optó a un Óscar de la Academia como mejor actriz de reparto.
Entre rodaje y rodaje, Jodie fue a la universidad, concretamente a Yale, donde hizo muy buenos amigos, entre ellos los ahora famosos David Duchovny (Expediente X) y el productor Randy Stone, del que se rumorea que podría ser el padre de su hijo, Charles.
Tras Taxi driver, Jodie conseguiría otra nominación al Óscar por un papel en el film Bugsy Malone, nieto de Al Capone, papel polémico junto al que protagonizó ese mismo año (1976) en la película The little Girl Who lived Down The Lane.
Mientras estudiaba literatura en Yale, trabajó en la película El hotel New Hampshire, en la que mantenía relaciones incestuosas con Rob Lowe, su hermano en la ficción, y lésbicas con Nastassja Kinski.
Dos años después, interpretaría uno de los papeles claves de su carrera en Acusados, donde encarnaba a una mujer violada que lucha incesantemente por conseguir que la justicia castigue a los culpables: Su interpretación le sirvió para conseguir por fin el Óscar de la Academia.
En 1991, tras una etapa, en la que actuó en películas de escasa calidad, protagonizó junto al gran Anthony Hopkins El silencio de los corderos, de Johnatan Demme, un nuevo hito en su trayectoria. Por su interpretación de agente del FBI, que ha de enfrentarse a sus propios miedos y traumas a través del análisis de la mente y personalidad del asesino Anibal Lecter, consiguió otro Óscar.
El año pasado rodó su última película, una superproducción llena de color y vestuarios espectaculares, Ana y el rey, que no obtuvo el éxito esperado, y que incluso fue censurada en algunos países. Esta actriz menuda (mide 1,65 m) y de rostro angelical sabe muy bien lo que quiere, siempre lo ha sabido, y lo demuestra rodando pocas películas al año, eligiendo muy bien sus proyectos, y dándolo todo a la hora de actuar para que no quede ninguna duda de que se ha forjado a si misma profesionalmente.
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